El animismo no existe
El animismo no existe
Lina Velázquez, Fuerteventura
Gran parte de los libros sobre la historia y la cultura de África han sido escritos por personas con una actitud colonizadora. Y esto significa que gran parte de lo escrito no coincide con la realidad.
Para conocer hay que contar con el otro
En todo estudio antropológico o sociológico existe el contacto, las preguntas y la relación de confianza que vamos construyendo. Pero si hay una relación de dominación, que es lo que ocurrió durante la colonización, la pregunta desaparece.
Los primeros colonizadores que llegaron eran religiosos, venían a cambiar las creencias. En lugar de preguntar, miraron e interpretaron.
Si un africano que no conoce a María, la madre de Jesús, va a la iglesia y ve a gente rezando delante de ella, puede pensar cualquier cosa. Igual que si llega un europeo a África y ve a gente rezando delante de un árbol. Sin embargo, los dos están haciendo lo mismo: otorgando un simbolismo a algo. Pero no podemos llegar a esta conclusión sin una conversación. Si solo me miras y después escribes, es casi seguro que tu relato no tiene nada que ver con mi realidad.
El proceso de reparación
Es interesante conocer los libros antiguos sobre la historia y las culturas de África, pero es importante no tomarlos como un relato verdadero. Por ello, estamos reescribiendo la historia de Senegal. Porque los primeros que la escribieron fueron europeos, y lo hicieron interpretándola bajo la óptica de sus propias culturas.
Por ejemplo, se puede leer que tenemos reyes en nuestras poblaciones. Pero esos reyes no tienen nada que ver con lo que se entiende por rey en Europa. Es sencillamente una traducción errónea, una mala interpretación. Lo que los franceses tradujeron como rey, para nosotros es el líder espiritual de la población. Y con la misma falta de coherencia se habla sobre animismo.
La visibilización de la riqueza y la diversidad
Es absolutamente cierto que en las religiones africanas tenemos espíritus para encontrar cosas o para tener buena suerte, por ejemplo, y se representan con objetos físicos. Igual que el cristianismo tiene santos, representados también físicamente, a quienes también se les otorgan estos poderes. De modo que, si hablamos del animismo que sí existe – «Creencia que atribuye vida anímica a todos los seres», según la RAE-, podemos decir que muchas religiones son animistas.
Pero es de una inexactitud enorme hablar de animismo para referirse a la gran diversidad de religiones que existen en el continente africano. Meter en el saco del animismo a todas aquellas prácticas y creencias religiosas que son diferentes a las religiones mayoritarias es, simplemente, un proceso de invisibilización. Cada etnia tiene sus propias creencias y prácticas, y esto determina también sus diferentes enfoques y métodos para el cuidado de la vida y la salud. Lo que nos insinúan que es animismo, una supuesta religión africana homogénea, solo ha existido para ignorar la riqueza y la pluralidad de un continente.
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Es con las conversaciones, con los viajes, con los encuentros, que uno llega a comprender. Es este camino el que estamos recorriendo.
Marcel Monteil